El 95 % de los habitantes de Uganda no tienen acceso a la red eléctrica, utilizan lámparas de queroseno. Pero el queroseno no solo es caro y tóxico, sino que genera además mucho CO2. Desde 2010, la empresa con vocación social Solar Sisters ha abastecido a casi 32.000 personas con lámparas solares. Mujeres que trabajan como autónomas recorren los pueblos del país y venden la energía del Sol.